Un ejemplar (macho o hembra) que consideremos como gran reproductor no es aquel que gane más exposiciones ni que tenga muchos hijos debido a su fama.
Un gran reproductor es aquel que, principalmente, produzca una línea homogénea de descendientes acordes con las cualidades de dicho reproductor. En palabras más llanas, es aquel perro que transmita sus cualidades a sus hijos con diferentes hembras. De esta manera usaremos dicho ejemplar para mejorar las cualidades físicas o funcionales de las hembras que se crucen con él.
Analizando los diferentes cruces que ha realizado un macho (y sabiendo de ante mano las virtudes y defectos tanto de su línea de sangre como propios suyos), observando a su descendencia y valorando las hembras que se han utilizado con él podremos realizar un informe detallado tanto de las virtudes que transmite como de las que fija al igual de los defectos que saca a la luz.
Normalmente hablamos de líneas de sangre a partir de los reproductores machos ya que son los machos los que tienen la posibilidad de tener mayor número de descendientes frente a las hembras. Pues no es lo mismo un macho que se aparee con 30 perras en toda su vida y produzca 150 hijos que una hembra que tenga 4 camadas en toda su vida solamente.
Es por esto que se habla de líneas de sangre paternas normalmente pues están basadas en machos reproductores que han transmitido muy bien sus cualidades con diferentes perras y por ello han creado una línea específica que se diferencia a simple vista del resto de los ejemplares.
En el mundo canino es fácil oír aquello de este perro es de esta línea o de aquella otra y es porque ése perro proviene de aquél gran reproductor que ha marcado su línea. Normalmente los ejemplares que ofrecen estas cualidades son porque tienen a ése gran reproductor en su pedigree tanto por línea materna como paterna, son perros con cierto grado de consanguinidad y por tanto podemos esperar de ellos que sigan reproduciendo con ésas cualidades y continuando su línea.
A pesar de esto, los grandes criadores de perros de raza siempre han basado su cría en su plantel de hembras y por lo tanto en sus líneas maternas utilizando sementales externos a su línea de sangre para refrescar el inbreeding (o consanguinidad) que tienen en su criadero.
Un gran reproductor no es aquel perro que lo hacen campeón y que después de esto le hacen las mínimas pruebas de salud para criar. Y que por su fama en las exposiciones hace unas cuantos cruces ese año y tiene un número elevado de hijos en un corto espacio de tiempo. Posiblemente después de un tiempo y muy pocos resultados en sus hijos, ése reproductor desaparezca del plantel de crianza de su propio criador, sea vendido o regalado a una familia pues el título de campeón no va a asociado a ser un gran reproductor en la raza del perro de agua español y muchos de ellos simplemente son perros bonitos pero no ofrecen nada a la selección de su propia raza.
No por ser campeón en las exposiciones va a ser un gran reproductor. Es mucho más complicado. Si bien es cierto que los perros famosos por sus hijos y creadores de su propia línea de sangre casi siempre llegan a campeón ya que el esfuerzo de sus propietarios en darles fama como reproductores se afianza con una elevada crianza y con los resultados de sus propios hijos.
Existen semanales campeones que jamás han ofrecido nada a la crianza y mueren sin dejar descendientes que continúen su línea y son aquellos casos en los que la ambición del propietario va más allá del valor del semental en su cría. Y existen perros que han dejado clara su gran valía como sementales dejando un amplio repertorio de hijos buenos y que jamás fueron campeones ya que sus propietarios ni siquiera les importaba aquello de hacerlos campeones pero los buenos criadores los han usado durante años con sus perras obteniendo grandes resultados de un perro que jamás ha pisado una moqueta de exposición.
Perro y propietario van de la mano y son un binomio que no debemos dejar de analizar. Un perro con muchos títulos y pocos hijos de calidad no es un perro digno para usar en la crianza. Pero un perro sin títulos y con una descendencia que hace honor a su padre sí debería ser un semental a usar por los criadores. De hecho existen ejemplos de cada modelo y los podemos ver en la cría actual sin necesidad de tener que rebuscar mucho.
Las razas que se rigen por un Cub profesional de criadores, por ejemplo en el pastor alemán o rottweiler. Podemos ver como en las exposiciones monográficas todos los ejemplares se parecen mucho unos a otros y todos se acercan mucho al standard de su raza. Si bien es cierto que si nos fijamos en más detalle sí podremos distinguir las líneas de sangre a las cuales pertenecen ciertos perros en dicha exposición monográfica y que sean posiblemente esos ejemplares los que ganen el título. ¿Por qué? Pues porque son ejemplares ideales por así decirlo. Ejemplares que aún estando lo más cercanos al standard de la raza se distinguen por poseer ciertas características propias de su línea de sangre; ya sea una gran cabeza, una buena expresión, una gran pigmentación, o una línea superior más fuerte y estable que el resto.
El ideal de un gran reproductor es esto. Un macho que se distinga de los demás por poseer cualidades de su línea de sangre y que además las tramita a su descendencia.
Nuestra labor como criadores de raza es competir contra el standard, no crear tipos de perro que nos guste a nosotros.
En resumen, un gran reproductor (tanto macho como hembra) lo demuestra con sus hijos, sus nietos y los nietos de sus nietos. Pues sus cualidades se perpetúan en cada generación como elementos fijos que los criadores buscan.
El término “Prepotencia” es frecuentemente usado por los criadores para referirse a un determinado semental, que posee la capacidad de producir descendientes con un notable parecido con él.
La prepotencia se manifiesta en determinados individuos por la homocigosis de un grupo de genes que manifiestan un carácter típico de la raza. Por lo tanto podríamos decir que cuanto más consanguíneo es un animal, más homocigótico será, y por tanto habrá mas posibilidades de que sea prepotente.
Es muy importante conocer a los sementales que podríamos usar en nuestro programa de cría para seleccionar el más adecuado a la hembra que queremos cruzar. Analizando su “prepotencia”; es decir, sus cualidades como reproductor, los defectos que transmite y las virtudes que fija (ya sean virtudes o defectos de la línea de sangre a la cual pertenece o suyos propios como individuo)
Obviamente un semental prepotente normalmente pertenece a una línea de sangre ya establecida y bien definida, por lo que un criador puede usarlo sin que sea aquello una lotería siempre y cuando la hembras sea la adecuada. Por lo tanto el uso de aquellos machos que son fruto de cruces abiertos (o sea que tiene un alto grado de heterogocidad) sólo pueden ofrecernos una descendencia sin seguridad en los resultados.
Es mejor usar un semental prepotente (consanguíneo = homocigótico) con nuestras perras y luego ir seleccionando aquellas hijas/os mas parecidos a su padre pera luego ir avanzando en una línea clara marcada por el semental original.
Entendiendo cruce abierto a una camada cuyos padres no tienen ancestros en común y provienen de diferentes líneas de sangre. Los genes se volverán locos aportando unas cosas buenas y otras no tan buenas a los cachorros.
Y no digo que no se deban hacer, sino que si se hace es estudiando muy bien el siguiente paso que daremos pues los cruces abiertos aunque dan camadas más numerosas y se refresca la sangre (cosas muy positivas), son utilizados únicamente por estos motivos y no para obtener ejemplares propios de nuestra línea que esperemos sean grandes reproductores.
De estas camadas de cruces abiertos siempre nos quedaremos con el ejemplar que se parezca más a nuestra línea (morfológicamente hablando) para después hacer un siguiente cruce con nuestro gran reproductor “prepotente” que sí sabemos perfectamente lo que ofrece en la cría. De esta forma hemos refrescado sangre para poder continuar con nuestra línea.
Perros campeones en exposiciones que son fruto de cruces abiertos y que luego no han aportado nada a la cría está el mundo lleno de ejemplos pues puedes tener un bonito ejemplar pero que no transmita absolutamente nada a tu crianza. Sería sólo un campeón más de los muchos que hay que no pasan de ahí.
Personalmente prefiero un macho reproductor que aunque no sea campeón haya demostrado una y mil veces que transmite bien sus cualidades; un macho que pertenezca a una línea de sangre clara, que sea fiel representante de la misma y que también la transmita. O sea, un macho “prepotente” pues sabiendo lo que ofrece se puede utilizar una hembra u otra según las cualidades de ésta.
La raza del perro de agua español es muy antigua y tiene una amplia y variada base genética pero cuando se constituyó como raza oficial y se inscribieron los primeros perros con pedigree sólo fueron unos pocos los elegidos para ello y son ésos perros los que han marcado las grandes líneas de sangre para la actualidad.
De aquellos primeros perros sólo algunos fueron los grandes reproductores que marcaron su línea por aportar a su descendencia sus cualidades. Hablo por ejemplo del Ch. Moro (padre del Ch. Vudú o del Ch. Morruo) o aquellos ejemplares de la línea de la Finca La Fantasía (Ch. Manolo, Ch. Terra o el Ch. Álamo).
A lo largo de los años estas líneas se han ido diluyendo y pocos son los criadores actualmente con una línea marcada en sus ejemplares de los que podamos decir que se reconocen a simple vista de donde proceden sus perros.
Criadores con una línea marcada y destacada los hay y aunque puedan gustarnos o no esas pequeñas diferencias entre líneas hemos de reconocer el gran trabajo que eso conlleva y lo primero es el respeto a todos ellos que lo hay actualmente y muy buenos a mi parecer.
En todas las líneas de sangre existen virtudes y defectos y al detalle es imposible saberlo si uno mismo no está criando bajo dicha línea.
De todos es sabido las famosas virtudes de cierta línea o los famosos defectos de otra; personalmente creo que cada línea tiene sus cosas buenas y sus cosas malas y que sabiendo realizar los cruces adecuados los resultados serían ideales y nos acercaríamos más al estandart de la raza de lo que algunos están.
Existen líneas de sangre en el perro de agua español que destacan por sus cualidades en el trabajo, otras que poseen ejemplares machos que son grandísimos reproductores pues transmiten lo que son ellos mismos con casi cada hembra que se les cruza. Otras líneas pecan de defectos que son vistos a simple vista y virtudes escondidas, o viceversa.
En definitiva, el perro de agua español es una raza antigua recién llegada al mundo “Profesional Canino” pues lleva tan pocos años criándose por criadores que las llamadas líneas de sangre propiamente dichas se están creando en nuestras narices ahora mismo.
Espero y deseo que la raza evolucione a mejor pues son muchos los criadores que hacen una gran labor de selección no sólo en belleza sino también en trabajo. Y es que en el binomio belleza-trabajo siempre ha habido controversia pues la cría para exposiciones que se ha llevado por algunos criadores ha dado lugar a un tipo de perro bastante diferente de lo que realmente debería ser un perro de agua o turco andaluz.
Respetar el standart en sus proporciones justas y cuidar el carácter de nuestros ejemplares debería ser la norma a seguir por todos nosotros los criadores.
Gracias!
David Colmenero,
criador y propietario del Afijo UBBADAT